Renuncio a abandonar
Renuncio a madurar si ello requiere abandonar y olvidar.
No quiero arrastrar los pies al caminar, no quiero la misma rutina de entrar y salir de trabajar, no quiero ser realista, dejar lo arriesgado, lo verdaderamente excitante. Me niego a vivir entre responsabilidades y obligaciones, a perder de vista los anhelos del corazón, a abandonar la ilusión.
No quiero ser un contrato, un salario, una hipoteca al banco. No quiero que me adulen por mi cartera, o que me ignoren por mi mala situación financiera.
Detestaría sustituir los gestos por los bienes, las personas por aparatos, las amistades por billetes.
Devaluar lo espiritual y dedicarme a lo material. Saber por ganar y olvidarme de disfrutar.
No debería verse uno obligado a meramente existir para sobrevivir. Y a la hora de la verdad, todos hemos querido ser mayores antes de tiempo, para al final darnos cuenta con el paso de los años de que la infancia se nos hace un pellizco en los recuerdos.
Lamentablemente, todos crecemos.
ResponderEliminarEs ley de vida, la palabra vivir está ligada a crecer y la palabra crecer a madurar. Eso si, uno debe de saber como guardar una pequeña parte de su yo infantil, su yo risueño y alocado. Yo estoy seguro de que jamás lo perderé.
Como siempre, genial Carlota.
Entonces... ¿Quieres ser como Peter Pan y no crecer y no madurar?
ResponderEliminarSi eso fuese así, yo también. Pero piensa por un momento Carlota, viviríamos en un mundo caótico. Las responsabilidades son las que forman el día a día. Me gustó el texto.
No, no se trata de no asumir responsabilidades, sino de no vivir únicamente en ellas, pero sobre todo se trata de no olvidar lo verdaderamente importante.
EliminarEl problema, querido anónimo, es que el ser humano nunca será capaz de asumir todas sus responsabilidades de la manera adecuada.
Yo renuncio a dejar de leerte.
ResponderEliminarRenuncia a todo lo que quieras en esta vida, excepto a vivir o dejar de escribir. ¡Cuanto talento!
ResponderEliminarYo tengo 24 años y sigo pensando que tampoco quiero madurar.
ResponderEliminarHas reflejado exactamente lo que yo pienso, gracias.
Me encantó tu nuevo texto, Carlota.
ResponderEliminarCrecemos, las experiencias nos enriquecen, pero nunca dejamos de ser niños ni aventureros. De hecho, creer en el amor es la más grande aventura.
ResponderEliminarPerfecto, como todo lo que escribes.
ResponderEliminarGracias Carlota por llegar hasta mi blog, de esta manera he podido saber de ti. Quieres que te diga lo que me parecen tus textos, pues siendo sincera creo que tienen la frescura de tus dieciseis años, consigues hacer facil lo que es realmente dificil. Muestras sentimientos y los haces cercanos a quien los lee, de esta forma el lector se siente identificado, no todo el que escribe es capaz de ello, asi que enhorabuena.
ResponderEliminarComo estas comenzando,sí te recomendaria la ayuda de algún taller literario, esto te aporta conocimientos necesarios a la hora de manejar y enfrentar los distintos tipos de textos, yo estoy en ello, aprendiendo y absorbiendo todo cuanto me llega. Una recomendación que nos hacen, es que una vez hecho el texto, lo leamos en voz alta y corregir, corregir y depurar, hasta que quede como realmente deseamos.
Me he hecho seguidora de tu círculo, así podre seguir leyendote y disfrutar de tus historias.
Un abrazo y felicidades escritora.
¡Muchas gracias por todo lo que me has dicho! Seguiré tu consejo, estoy segura de que me será de gran ayuda. Yo también me hice seguidora de tu círculo, por supuesto seguiré leyéndote. Una vez más, ¡gracias!
EliminarEste texto es perfecto, te lo copio y me lo llevo a Facebook.
ResponderEliminar¿16 AÑOS? ¿De veras? Pues escribes muchísimo mejor de lo que esperaba encontrar en este blog. Sigue así.
ResponderEliminarSigue así, Carlota.
ResponderEliminarHay que profundizar más, nada debe ser esperable o gratuito.
Borges dió a un discípulo sólo este consejo: Lee el diccionario. Y dijo bastante.
Yo también pensaba lo mismo a tu edad... ¡Pero uno tiene que madurar! Escribes muy bien para la edad que tienes, no dejes de escribir nunca.
ResponderEliminarTengo muchos años. Mas que los tuyos dados la vuelta.
ResponderEliminarY, si escribiese tan bien como tu, firmaría tu escrito: hermoso y profundo.
Interesante tu reflexión, me hizo recordar una frase de Gabriel García Márquez que siempre me ha gustado mucho y dice así: “La vida sería más larga y feliz si cada quien trabajara en lo que le gusta y sólo en eso”. Creo que es la mejor fórmula para nunca dejar de ser niños, o como tú lo dices, para nunca madurar al precio de la renuncia: Hacer siempre lo que uno quiere. Un abrazo Carlota y sigue escribiendo.
ResponderEliminarPrecioso. Yo no dejaría de soñar y vivir con pasión entre responsabilidades y obligaciones que pueden ser igual de excitantes. Me gustan tus sentimientos.
ResponderEliminarUn besito.