Demorarme en el presente

Corren, novicios en su ingenuidad, queriendo ser veteranos.
Corren, pretendiendo alcanzar la maestría sin el hábito. 
Corren, para ir más rápido que el tiempo.
Mas el reloj no deja de avanzar y nadie escapa a sus brazos magnéticos. Suena el tic-tac férreo, frío, como una marcha fúnebre. Cada vez más cercana, cada vez más lejana. 
La muerte, la vida. 
Las horas se desvanecen en sus pupilas; pasa el tiempo por sus ojos y se agarra a su piel. Ya no hay vuelta atrás. Ver sin vivir. Contemplar al dejar pasar. 
Los momentos que nunca llegaron a florecer perecieron en la matriz; buscados y ansiados, serán eternamente recordados, sin poder, jamás, nacer. 
Y es que el reloj no deja de avanzar y nadie escapa a sus brazos magnéticos. 
Por eso yo intento caminar 
                                    lento.
Por eso yo quiero perderme en los
                                          momentos. 
Por eso yo vivo enzarzada en una batalla. Cronos quiere que me apresure y yo solo quiero caer, tropezar un rato, tomar el desvío más largo. Entretenerme con las piedras en la vereda, mirar a todos lados. 
Demorarme en el presente en vez de pisarle los talones al futuro. 

Comentarios

  1. Pero en ese trayecto tranquilo y pausado no olvides pasarte por aquí de vez en cuando.

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