Otoño

Adoro el otoño. Siempre pensé que había cierta belleza en los árboles desnudos, en el viento gélido que agita las ramas y se lleva, del piélago de paraguas de colores, algunos consigo. Siempre encontré cierta calidez escondida entre las hojas que pintan el suelo de tonos ocre y burdeos, y en los niños chapoteando en charcos de arco iris.

La noche se acontece temprana, pero mientras el sol y las nubes se pelean a la espera de la luna, el gris del crepúsculo es un justo acompañante. En la playa el mar remueve la orilla y apenas hay pisadas en la arena. Reina el silencio seguido por el murmullo de las olas, la canción de las Oceánidas y el graznido de las gaviotas. 

La leve llovizna es mensajera de la tempestad y a la noche las chimeneas se iluminan. La gente se resguarda en tazas de chocolate caliente y bajo mantas y unos pocos, bajo el hechizo del golpeteo de las gotas en las ventanas, descorremos las cortinas y miramos con aire expectante la danza de la lluvia y el viento, un espectáculo de de ramas y flores y hojas de colores. 

Y quién sabe, si no andase yo persiguiendo paraguas por estaciones quizá no habría llegado a encontrarme contigo.

Carlota Moreno Villar.

Comentarios

  1. Hola Carlota, me ha gustado tu entrada, el otoño va dejando un reguero de hermosas sensaciones coloreando el paisaje y llenándonos con su envolvente magia.
    Días de lluvia para vestir románticos sentimientos iluminados junto al calor del fuego…

    Un cálido abrazo

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  2. Precioso, como de costumbre.

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  3. A mí me encanta el otoño también, es la estación del año que más me gusta.
    Muy lindo tu post.
    Un saludo

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